miércoles, 30 de diciembre de 2015

QUE TENGAN… ¿FELICES FIESTAS?

Aprovechando las festividades que se celebran en diciembre quisimos considerar un aspecto que aunque debería ser una fiesta, en ocasiones se convierte en un martirio para la pareja, por ejemplo: el clásico ponerse de acuerdo en dónde pasar la navidad y el año nuevo. Cuando cada uno vive con su familia de origen las decisiones no son tan complicadas; o se aceptan con gusto los lugares en donde hay que celebrar o no queda más que ir a donde nos “invitan amablemente  estar” (con el riesgo de tener un accidente en caso de no aceptar) por lo casual los padres o los abuelos, aunque también puede darse el caso de que alguien más de la familia intervenga.
               Estas festividades pueden tener dos vertientes; una, ser una tradición, ya que hay elementos y actividades que se realizan y los que pertenecen a este grupo las entienden, saben la razón por la cual se llevan a cabo, se hacen de tal manera que cuando alguien se integra las acoge con cariño y será un precursor de lo que vivió para el futuro. Dos, son costumbres en donde lo que se realiza es porque así se hace desde tiempo atrás (aunque en realidad sean tres años o menos) y en ocasiones, nadie comprende lo que se sigue haciendo; quien llega a incorporarse se ve en la necesidad de adoptar lo que ve, y al pasar el tiempo repetir lo que aprendió o cambiarlo por otra acción.
Cuando uno ya cuenta con una pareja  y es tan importante que provoca el no querernos separar de ella las cosas empiezan a tomar otro matiz. En las festividades decembrinas el lugar donde se pasará estas fechas debería ser una decisión solamente de los dos, sin que influyan las tradiciones o costumbres familiares, pero muchas veces es algo muy complicado de realizar; pues cada miembro tiene una idea diferente de como festejar esos momentos y se puede volver un problema cuando cada uno considera su opción la mejor forma de convivir en esas fechas. Y si a eso le agregamos la insistencia o intromisión de los queridísimos familiares (que con la mejor intención lo hacen) de invitarnos a estar con ellos, volviéndose lo que debería ser una bella fiesta, en un martirio para uno o para los dos.
Sin embargo, no todo está perdido. Existe una forma que nosotros utilizamos cuando pasamos nuestras primeras fiestas de diciembre que queremos compartirte y que nos ayudó a pasar ese periodo como una pareja que se va conociendo sin apresurarnos, ni enojarnos por la decisión de donde pasar el 24 o 31. La forma que utilizamos fue el de pasar esas dos maravillosas fechas solos, completamente solos en casa, comiendo y bebiendo lo que nosotros elegimos, escuchando nuestra música de preferencia, platicando y poniéndonos de acuerdo en nuestro futuro como una nueva familia, así como las tradiciones que crearíamos para nosotros. Fue una experiencia maravillosa pues nos permitió unirnos más y  nuestras familias comprendieron la decisión que habíamos tomado.
Finalmente, no te estamos diciendo que hagas lo mismo que nosotros si no te parece la idea, aunque te aseguramos que si la llevas a cabo, descubrirás cosas muy bellas como pareja y un agregado importante es que sus familias entenderán que las decisiones que lleguen a tomar serán solo de ustedes, siempre y cuando estén convencidos de lo que quieren. Te deseamos lo mejor para estas fechas y te agradecemos que nos hayas acompañado este año. Iniciaremos el 2016 con nuevas ideas, propuestas y recuerda, si quieres que hablemos de algo en particular, no dudes en escribirnos estaremos atentos de tus sugerencias.
MUCHAS GRACIAS Y FELIZ 2016.

CON CARIÑO LORE Y MARCOS.

martes, 22 de diciembre de 2015

EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD


Hola, ya tenía varias semanas que no publicábamos en el blog, creo que nos absorbieron las actividades diarias que hay que realizar y sin darnos cuenta los días se fueron pasando, pero no queríamos dejar pasar una situación que estamos viviendo y que provocó que reflexionáramos sobre lo que es el amor.
Este artículo está dedicado a una pareja que está viviendo una situación complicada y por eso lleva ese título. Con mucho cariño para Ara y Adrián que están demostrando que su amor es más fuerte que la adversidad.
Durante algunos artículos hemos tomado diferentes temas que hablan de lo que hay que considerar cuando se decide formar una pareja, desde los gusto de cada uno, las metas que se tienen, los celos y algunos tópicos más; ahora abordaremos una parte que se vive con mayor intensidad cuando ya se convive en pareja, aunque también se da aun cuando no se esté juntos físicamente, y es el de la enfermedad, es por eso que nos referimos a la pareja anterior. Son amigos que nos han compartido parte de su vida y que en estos momentos como ya lo habíamos dicho están pasando por este proceso complicado.
Uno de los momentos que reflejan el amor, la fortaleza, la unión y la comprensión que existe en la pareja es cuando uno de los  dos cae en enfermedad, mas si ésta es crónica y se tiene presente el futuro que les depara. Pues se agudizan las situaciones y decisiones que se deben tomar en el día a día, y por si fuera poco, atender las “recomendaciones y cuidados” que diversas personas con cariño opinan hacen que esto se convierta en un remolino de ideas. Lo que nos lleva a tomar en cuenta lo vital de la unión entre los dos integrantes de la familia que con sabiduría y comunicación elegirán lo más adecuado para la recuperación del enfermo y la paciencia del que lo acompaña.
La fortaleza necesaria para superar estos casos radica en los dos, en el compromiso y empatía hacía el otro. Cada uno tiene que vivir lo que le corresponde sin tratar de ocupar el lugar del otro, el enfermo en lugar de angustiarse debe serenar su corazón y dejar que su cuerpo se vaya recuperando poco a poco permitir a su mente llenarse de pensamientos que le generen un descanso y aliento que ayude a su físico reponerse, el que lo cuida tener la paciencia de acompañar con los cuidados mas adecuados a la situación que se tiene y la esperanza de que cada pequeño avance conduce a la recuperación.
 Así como el oro se purifica en el fuego, el espíritu del amor se pone a prueba en estos eventos y permite a la pareja conocer de qué están hechos, si el amor esta cimentado en lo sólido podrá resistir cualquier adversidad y cuando se vea el rostro de quien sufre, el amor se incrementará; y quien pasa por el dolor al mirar a quien está a su lado sentirá que ha encontrado a quien es la mejor pareja con la cual estar.
Creemos que antes de decidirte por formar una familia debes considerar la vivencia de la enfermedad pues son sucesos que pueden pasar y debes elegir a quien deseas tener a lado si te llega a tener cualquiera de los dos papeles que se hablaron anteriormente.
Cuando nuestros amigos triunfen y superen lo que actualmente viven les pediremos que nos compartan su experiencia, por el momento les deseamos que nunca dejen de confiar uno del otro y principalmente poner toda su fe al invitar a Dios en su camino como esposos.

Esperamos sus comentarios y si quieren compartirnos alguna situación que viven con gusto lo leeremos.