Aprovechando las festividades que
se celebran en diciembre quisimos considerar un aspecto que aunque debería ser
una fiesta, en ocasiones se convierte en un martirio para la pareja, por
ejemplo: el clásico ponerse de acuerdo en dónde pasar la navidad y el año
nuevo. Cuando cada uno vive con su familia de origen las decisiones no son tan
complicadas; o se aceptan con gusto los lugares en donde hay que celebrar o no
queda más que ir a donde nos “invitan amablemente estar” (con el riesgo de tener un accidente
en caso de no aceptar) por lo casual los padres o los abuelos, aunque también
puede darse el caso de que alguien más de la familia intervenga.
Estas
festividades pueden tener dos vertientes; una, ser una tradición, ya que hay
elementos y actividades que se realizan y los que pertenecen a este grupo las
entienden, saben la razón por la cual se llevan a cabo, se hacen de tal manera
que cuando alguien se integra las acoge con cariño y será un precursor de lo
que vivió para el futuro. Dos, son costumbres en donde lo que se realiza es
porque así se hace desde tiempo atrás (aunque en realidad sean tres años o
menos) y en ocasiones, nadie comprende lo que se sigue haciendo; quien llega a
incorporarse se ve en la necesidad de adoptar lo que ve, y al pasar el tiempo
repetir lo que aprendió o cambiarlo por otra acción.
Cuando uno ya
cuenta con una pareja y es tan
importante que provoca el no querernos separar de ella las cosas empiezan a
tomar otro matiz. En las festividades decembrinas el lugar donde se pasará
estas fechas debería ser una decisión solamente de los dos, sin que influyan
las tradiciones o costumbres familiares, pero muchas veces es algo muy
complicado de realizar; pues cada miembro tiene una idea diferente de como
festejar esos momentos y se puede volver un problema cuando cada uno considera
su opción la mejor forma de convivir en esas fechas. Y si a eso le agregamos la
insistencia o intromisión de los queridísimos familiares (que con la mejor
intención lo hacen) de invitarnos a estar con ellos, volviéndose lo que debería
ser una bella fiesta, en un martirio para uno o para los dos.
Sin embargo,
no todo está perdido. Existe una forma que nosotros utilizamos cuando pasamos
nuestras primeras fiestas de diciembre que queremos compartirte y que nos ayudó
a pasar ese periodo como una pareja que se va conociendo sin apresurarnos, ni
enojarnos por la decisión de donde pasar el 24 o 31. La forma que utilizamos
fue el de pasar esas dos maravillosas fechas solos, completamente solos en
casa, comiendo y bebiendo lo que nosotros elegimos, escuchando nuestra música
de preferencia, platicando y poniéndonos de acuerdo en nuestro futuro como una
nueva familia, así como las tradiciones que crearíamos para nosotros. Fue una
experiencia maravillosa pues nos permitió unirnos más y nuestras familias comprendieron la decisión
que habíamos tomado.
Finalmente, no
te estamos diciendo que hagas lo mismo que nosotros si no te parece la idea,
aunque te aseguramos que si la llevas a cabo, descubrirás cosas muy bellas como
pareja y un agregado importante es que sus familias entenderán que las
decisiones que lleguen a tomar serán solo de ustedes, siempre y cuando estén
convencidos de lo que quieren. Te deseamos lo mejor para estas fechas y te
agradecemos que nos hayas acompañado este año. Iniciaremos el 2016 con nuevas
ideas, propuestas y recuerda, si quieres que hablemos de algo en particular, no
dudes en escribirnos estaremos atentos de tus sugerencias.
MUCHAS GRACIAS
Y FELIZ 2016.
CON CARIÑO
LORE Y MARCOS.