Pensando en una metáfora que nos
permitiera entender el significado, la importancia y la utilidad de estar con
una pareja, se nos vino a la mente el caminar en un bosque. ¿Y por qué este
lugar? Pues los dos preferimos un espacio que sea fresco, la temperatura
templada, el olor de las plantas y los árboles llenando el sitio, con el sol no
tan intenso; y todo esto permitiéndonos escuchar el sonido que producen las
hojas al ser tocadas por el viento, oír a las aves cantar y voltear el rostro
para ver la gran cantidad de colores que existen, incluso las variantes de
tonos que hay de un mismo color (a nosotros nos gusta este lugar, tú puede
elegir el que más te agrade, que al describirlo lo vuelvas a disfrutar). Quien
ha tenido la oportunidad de caminar por un lugar, sabrá lo que se puede
apreciar, gozar y disfrutar al hacer el recorrido, sobre todo cuando no se
tiene prisa por llegar a un lugar específico.
Si
caminar por el sendero que más disfruta uno es una experiencia maravillosa,
cuando se hace acompañado esta acción adquiere otro matiz. Qué tan espectacular
sea el recorrido, se deberá a dos cosas; primero, que tan bien conoce uno el
lugar para poder explicarle al otro lo que puede observar si se permite iniciar
el camino, mencionarle las cosas que más nos llaman la atención, incluso lo que
en algún momento hemos dejado de rastro en el sendero; y dos, que quien te acompañe
en el caminar comparta el gusto por el espacio o se dé la oportunidad de querer
conocer algo nuevo.
Al
recorrer una ruta juntos, puedes irle mostrando lo que es especial para ti, lo
que te agrada, las zonas que pueden crecer todavía más, además puedes
mencionarle lo que te gustaría cambiar si en algún momento se da la posibilidad.
En ese caminar juntos tu pareja puede darse cuenta de cosas que no habían
llamado tu interés, de eventos que suceden en ese lugar tan especial, incluso
llevarte por espacios desconocidos para ti. Es en ese momento cuando el estar
en pareja se vuelve una aventura, cuando las sendas que también conocías ahora
dan paso a nuevos lugares, detalles, tonalidades, sonidos y sensaciones que
despiertan la emoción de estar ahí y todo porque tu pareja te los mostró.
Si
eso ocurre en tu paisaje preferido, imagínate lo que puedes hacer tú por tu
acompañante, de ahí la importancia de que antes de que inicies una relación te
conozcas a ti mismo, sepas lo quieres, disfrutas y esperas de tu vida (temas
vistos anteriormente). Cuando ya sabes esto al estar con el otro, compartiendo
lugares, momentos, personas y acontecimientos se permiten ir creciendo juntos.
Sin embargo, de lo que se trata no es invadir espacios o apropiarse de ellos
sino entre los dos buscar uno nuevo donde ambos se sientan plenos, felices y sobre
todo, con nuevas expectativas de vida.
Si
ya se ha encontrado este lugar en comunión, te darás cuenta de que tan grande
es de acuerdo al amor que se tengan, pues lo han construido juntos y ustedes
tienen el poder de hacerlo cada vez más extenso o terminarlo en unos pocos
metros, si en eso al darte cuenta que es muy amplio el terreno sabrás que se
necesita tiempo para irlo conociendo, recorrerlo y disfrutarlo y que si lo
haces de prisa puedes agotarte y provocar lo mismo en tu pareja, y así se
termine tan rápidamente la magia del amor.
Por
lo tanto, hemos caminado juntos y al recorrer el camino compartimos las cosas
que observamos y que por ambos habían pasado desapercibidas y que nos siguen
maravillando, pues lo importante es disfrutar el recorrido (que aún pedimos lo
continuemos juntos) más que llegar al final.
LORE y MARCOS
La
pregunta de esta semana (aquí en el blog o al mail: loreymarcosamor@gmail.com): ¿En qué lugar disfrutas estar con tu pareja?
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